V.       LAS ACCIONES POSTERIORES A LA EMBOSCADA

 

                   1.       APRECIACIÓN GENERAL DE LAS FUERZAS ARMADAS

 

                   1.1.    La información proporcionada por el Ministerio de Defensa tiene vacíos y contradicciones importantes que señalaremos oportunamente. No obstante, levanta afirmaciones concluyentes que buscan enervar desde la base las denuncias: afirma que no hubo daños a las viviendas ni a la población y que los cayarinos participaron activamente en la emboscada de Erusco, como en una emboscada posterior.

 

                   El informe de Inspectoría del Ejército afirma que el día 14 de mayo, en la quebrada de Jeshua, una patrulla fue atacada por pobladores de Cayara, recuperándose en el enfrentamiento un fusil sustraído en Erusco y otros pertrechos. Además afirma que en las viviendas de Cayara se encontró propaganda senderista y explosivos y en una de ellas restos de uniformes de tropa y un pasamontaña militar. Sostiene además que pobladores de Cayara interrogados señalaron que el 13 de mayo, 20 subversivos estuvieron en el pueblo preparando el ataque. La participación de los cayarinos explicaría también la desproporción entre el número de los atacantes (“más de 100 personas”) y el número de subversivos que se dice estuvieron en Cayara preparando la emboscada. Se sostiene además que existe un reporte enviado por un informante de Cayara sobre la existencia de personas ligadas a la subversión –incluyéndose una lista con nombres que se detallará más adelante—y de la preparación de la emboscada.

 

                   1.2.    El Ejército afirma que el Comando Militar de la Zona de Emergencia (a cuya cabeza estaba el Gral. Valdivia), dispuso el envío de 9 patrullas, además de una –“Tarántula”—que habría salido de Huancapi tan pronto como se conoció de la emboscada: 6 patrullas de Ayacucho (3 en helicóptero y 3 en camiones), 3 patrullas desde Pampacangallo (2 en camiones y 2 a caballo). En total habrían actuado 10 patrullas en el operativo. No se han proporcionado las identidades de sus jefes y es fraccional la información sobre el número de miembros que las componían. Los partes de patrulla mencionan que se movilizaron de acuerdo a un plan denominado “Persecución” cuyos lineamientos y alcances no han sido dados a conocer.

 

                   De esta versión se infiere que el ejército sostiene que su respuesta tuvo dos sentidos: primero, de ayuda inmediata y que habría llegado después de terminada la emboscada, a cargo de dos patrullas (“Tarántula” y “Tigre”); y otro segundo, de persecución a los subversivos, a cargo de “Tigre”, parte de “Tarántula” y 7 patrullas que llegaron después.

 

                   La Comisión cree que, sea cual haya sido el plan bajo el que se desarrolló la respuesta militar, la magnitud del operativo, que implicaría el uso de todos los medios de transporte de que disponen las fuerzas armadas en la zona y la participación de un número considerable de efectivos, procedentes incluso de Ayacucho, no pudo haber tenido a otro responsable directo que al propio Gral. Valdivia Dueñas.

 

                   La Comisión, consolidando la versión militar, tiene que las 10 patrullas fueron movilizadas de la siguiente manera:

 

                   DE HUANCAPI

                             En camiones:

                                      Tarántula                            a Erusco

 

                   DE PAMPA CANGALLO

                             En camiones:

                                      Grass                                        

                                      Algarrobo                                   

                             A caballo:

                                      Huayacán                                  

 

                   DE AYACUCHO

                             En helicóptero:

                                      Tigre                                        

                                      Otorongo                            a Huancapi

                                      Pantera

                             En camiones:

                                      Leopardo                                   

                                      Zeta                                         

                                      Cobra                                       

 

                   2.       SUCESOS DE ERUSCO

 

                   2.1.    El ejército ha sostenido que su informante había advertido en una carta la existencia de cargas de dinamita en Erusco y daba una relación de 14 cayarinos que se afirmaba estaban ligados a la subversión. Éstos eran:

 

                   1.       José Jayllo Rivera

                   2.       Francisco Dionisio Suárez (portero del Colegio)

                   3.       Román Hinostroza Palomino

                   4.       Gregorio Ipurre Ramos (jardinero del colegio)

                   5.       Justiniano Tinco García (alcalde encargado)

                   6.       Guzmán Bautista (portero de la escuela)

                   7.       Cesiliano Apari de la Cruz

                   8.       Luis Chipana García

                   9.       Victoriano Apari García

                   10.     Mauro García Palomino

                   11.     Samuel García Palomino

                   12.     Fidel Ipurre Arotinco

                   13.     Félix Curo

                   14.     Alejandro Echaccaya Villagaray

 

                   Una reproducción fotográfica de esta carta fue publicada por la revista Oiga en su edición del 23.05.88.

 

                   El ejército ha dicho que esta carta fue recibida por el jefe de la BCS de San Pedro de Hualla, después de que fuese dejada tirada, el día 14, en una tranquera cercana al cuartel. Pero igualmente un testigo (Martha Crisóstomo) ha manifestado que el Gral. Valdivia dijo a los campesinos, el día 18 de mayo, que ésta fue encontrada en el bolsillo de un terrorista muerto en la emboscada. Sin embargo, el texto de la carta rogaba “no mencionar el nombre del portador”, de lo que se infiere que la identidad del remitente era conocida, razón por la cual señalaba hacia la advertencia.

 

                   La Comisión señala que, al margen de esclarecer la forma en que llegó la carta del informante de Cayara, este elemento sirve para corroborar que el ejército había desarrollado un trabajo de inteligencia previo para reunir información sobre el pueblo. Esta información incluía la lista de ciudadanos que se dice estaba en la carta (y que más adelante se detalla). La existencia de esta información y centralmente de una lista de personas explica también el desarrollo posterior de las acciones de los soldados al llegar a la zona. El ejército tampoco ha puesto en duda, en ningún momento, que al llegar a Erusco, la señalada relación de cayarinos ya era manejada por los soldados.

 

                   2.2.    Sostiene el ejército que en primera instancia se movilizó desde Huancapi a Erusco a la Patrulla “Tarántula”, en camiones, llegando a las 5.30 horas (casi una hora después de que habría concluido el enfrentamiento). Afirma haber encontrado en la parte alta de Erusco 4 cadáveres de supuestos subversivos (3 hombres y una mujer), a los que entierran en el sitio después de haber tomado las huellas dactilares sólo a tres de ellos, puesto que al cuarto –se señala—su estado no lo permitía (partes de Patrullas Roble, Tarántula y Grass).

 

                   La Comisión señala que es notorio que no se haya proporcionado información sobre la identificación dactilar y que el testimonio de Monseñor Beauzeville señale que no se observó moscas ni olor a descomposición donde se afirma estaban enterrados.

 

                   A las 6.30 horas se afirma que llegó la patrulla “Tigre”. Su comandante habría desempeñado el mando superior de todas las fuerzas que actuaron en la zona. Manifiesta que colaboró en el registro de Erusco, pero no dice haber encontrado cadáveres ni restos de material militar. Sostiene que se desplazó a San Pedro Hualla llegando a las 20.00 horas e instalando allí su puesto de comando.

 

                   Se afirma que a las 11.30 horas llegaron las patrullas “Grass” y “Algarrobo”, al mando del teniente identificado como “Grass”, quien tampoco da cuenta de la ubicación de cadáveres ni pertrechos. Este oficial afirma haber ordenado el regreso de los vehículos a Huancapi, con los sobrevivientes y parte de las patrullas, “a partir de ese momento nos constituimos en una sola patrulla “Grass”, con 12 hombres”, integrada presumiblemente también por “Algarrobo” (sic. Parte de “Grass”).

 

                   A las 13.30 horas habría llegado la patrulla “Huayacán” integrada por 16 hombres a caballo, que manifiesta haber permanecido ahí hasta las 16.00 horas en que salió a Mayupampa.

 

                   La Comisión sostiene que la información proporcionada por el ejército hace inferir que en Erusco actuaron por lo menos 5 patrullas (Tarántula, Tigre, Grass, Algarrobo y Huayacán).

 

                   2.3.    La mañana del día 14 los pobladores de Cayara vieron descender helicópteros en Erusco. Varios decidieron entonces abordar un camión conducido por Antonio Félix García Tipe que se dirigía al pueblo de Canaria, situado al sur de Cayara. Entre éstos estaban el profesor Máximo Florencio Contreras Monzón, la enfermera Martha Crisóstomo y la profesora Primitiva Melgar. Otros abordarían un ómnibus con el mismo destino, entre éstos estaban los profesores Claudio Palomino, Johnny Pacheco y Jaime Quispe.

 

                   3.1.    El ejército sostiene que, después de estar en Erusco, “Grass” (unificada con “Tarántula” y “Algarrobo”) se habría dirigido a Cayara en búsqueda de subversivos, a donde habrían llegado a las 15.00 horas y haber encontrado el cadáver de un hombre al lado izquierdo de la carretera (posible DDSS” sic.).

 

                   En el pueblo afirman haber encontrado sólo ancianos y niños que les dijeron que había cinco cadáveres en la iglesia, a los que ubican al dirigirse ahí, pero a quienes no toman huellas dactilares ni entierran, como afirman haber hecho en Erusco. “Grass” presume que serían subversivos heridos en la emboscada y rematados por sus compañeros ante la llegada del ejército. Al día siguiente regresarían a buscar los cadáveres, y viendo que no estaban concluyen en que los subversivos habían regresado a llevárselos.

 

                   Afirma posteriormente “Grass” que, “habiendo obtenido cierta información sobre los DDSS, nos dirigimos hacia... Jeshua” (sic. Parte de “Grass”).

 

                   3.2.    La versión de los testigos civiles, contrariamente, afirma que vieron ingresar a los soldados a las 10.00 de la mañana (Testimonio Lucía Tello de Suárez). Al ingresar al pueblo, en el paraje de Alpajuyó se cruzaron con el comunero Esteban Asto Palomino a quien dieron muerte sin mediar motivo, dejándolo tirado junto al camino. (Su esposa escondería el cadáver esa noche para enterrarlo posteriormente, pero los militares lo encontraron a la mañana siguiente y se lo llevaron en un camión).

 

                   Los testimonios coinciden en que al ingresar los soldados estaban premunidos de la lista de sospechosos a que se ha hecho mención. En primer lugar se dirigieron a la sala del alcalde, al no hallarlo detuvieron a su esposa, a quien obligaron a que los guíe a la casa del gobernador Marcial Crisóstomo de la Cruz, persona que ha sido sindicada por los otros campesinos como el informante del ejército (testimonio de Gregorio Ipurre Ramos). A éste le ataron una soga al cuello conminándolo a que los guíe donde los demás comuneros que se encontraban en la lista (testimonio de esposa de Dionicio Suárez y entrevista a Marcial Crisóstomo en Caretas, edición del 30.05.88).

 

                   Al llegar a las viviendas de Dionicio Suárez Palomino y Gregorio Ipurre (ambos figuraban en la lista) los soldados las incendiaron. Asimismo saquearon la tienda de César de la Cruz, robaron el equipo de amplificación sonora del Consejo Municipal, destruyeron las puertas,muebles y otros bienes de su local y de la posta médica.

 

                   Los testigos que se encontraban en Jeshua afirman que las columnas de humo se divisaron alrededor de las 12.00 horas y ellos empiezan a discutir si debían regresar y tratar de salvar sus casas tratando con los soldados (testimonio de Priscila García Oré).

 

                   Un grupo de pobladores se había quedado en la iglesia para arreglar las andas ceremoniales usadas en la festividad religiosa que acababa de terminar. Al encontrarlos, los soldados conminaron a las mujeres con amenazas a huir y empujaron a los varones al interior de la iglesia en donde los amarraron con correas y los interrogaron torturándolos. Posteriormente les darían muerte. Sus nombres eran: Indalecio Palomino Iturre, Patricio Jayo Palomino, Emilio Berrocal Palomino, Santiago Tello Crisóstomo y Teodosio Noa Pariona (testimonios de Teodora Tello, Fernandina Palomino, Priscila García Oré, Martha Crisóstomo y Paula González Cabrera de Noa). Cuando, rato después, la esposa de Teodosio Noa Pariona (Paula González) regresó trayéndole ropa, el soldado que vigilaba la puerta de la iglesia le contestó que era “terruco” y que estaba en la “lista”, posteriormente su esposa le encontraría muerto junto con los cadáveres de Patricio Jayo y de Emilio Berrocal, tirados en el barranco de Challapampa, a donde fueron echados por los soldados.

 

                   Los soldados también habrían usado como centro de detención el local municipal, en donde detenidos eran sometidos a interrogatorios y maltratos.

 

                   Posteriormente, y guiados por Marcial Crisóstomo de la Cruz, los soldados se dirigirían hacia Jeshua.

 

                   La Comisión señala la existencia de diferencias fundamentales entre las dos versiones las cuales son centralmente:

 

                   a.       La evidencia de que a Cayara ingresaron más patrullas, además de la señalada por la versión militar, cuando menos, las “Tigre” y “Huayacán”.

 

                   b.       La diferencia de hora que existe acerca del ingreso de los soldados: a las 10.00 horas según los testigos, a las 15.00, según el ejército. Ello reafirma la hipótesis e que “Grass” no fue la primera patrulla que ingresó y que habría sido precedida por otra no individualizada.

 

                   c.       Al ingreso del pueblo no se habría encontrado el cadáver de un “presunto DDTT”, sino que se habría asesinado a un poblador.

 

                   d.       Mientras el ejército no menciona haber efectuado detenciones en el pueblo y afirma haber pasado sin permanecer mayor tiempo, los pobladores sostienen que un grupo de fuerzas permanecieron, produciendo detenciones e interrogatorios.

 

                   e.       En la iglesia no se habrían encontrado cadáveres abandonados de supuestos senderistas, sino que se habría producido el asesinato de cinco pobladores.

 

                   f.        A su vez se agregan los incendios de las casas de determinados pobladores y los daños producidos a locales públicos, hecho silenciado por el ejército y verificado por la Comisión.

 

                   g.       Los soldados efectuaron una búsqueda selectiva guiados por una lista de pobladores que manejaban al ingreso al pueblo.

 

                   La Comisión considera que el elemento más importante para entender las acciones de las patrullas y el recorrido que siguieron, es la existencia de las informaciones recogidas merced al trabajo de inteligencia a que hemos hecho referencia, parte importante del cual era la relación de nombres de pobladores presuntamente partidarios de Sendero Luminoso.

 

                   Por otro lado, la Comisión encuentra notorio que los partes de patrulla no mencionen haber encontrado pertrechos militares y propaganda subversiva como señalan las conclusiones del informe de Inspectoría del Ejército, lo que sería elemento concluyente de la participación de la población en la emboscada. Tampoco se da cuenta de testimonios obtenidos de la población en ese sentido.

 

                   4.       SUCESOS EN JESHUA

 

                   4.1.    La versión militar sostiene que habiéndose dirigido la patrulla “Grass” a este paraje, al cruzarlo, aproximadamente a las 17.30 horas, fue sorpresivamente atacada con armas de fuego y granadas caseras, por alrededor de 30 subversivos, durante cerca de 45 minutos.

 

                   Al cabo los atacantes huyen en distintas direcciones sin haber causado muertos ni heridos a la patrulla y abandonando seis cadáveres de sus hombres (*), además de un fusil FAL (que había sido sustraído en Erusco), una pistola ametralladora de la Guardia Civil, 3 bolsas de dinamita, 2 alforjas con munición, 4 frazadas militares manchadas de sangre y propaganda subversiva.

 

                   La versión militar continúa afirmando que a los seis cadáveres no se les tomó huellas dactilares ni se los enterró por encontrarse la patrulla en un operativo de persecución (Gral. Valdivia a Comisión). El informe de Inspectoría del Ejército da como un hecho que estos atacantes eran pobladores de Cayara; sin embargo no se dice cuál es el punto de sustento de esta versión.

 

                   Al día siguiente, al igual que lo afirmado anteriormente, los soldados regresarían a buscar los cadáveres abandonados en Jeshua, no encontrándolos y concluyendo que habrían sido retirados de la zona por los subversivos.

 

                   Sin embargo, el parte de la Patrulla “Otorongo” afirma que habiendo llegado a Cayara a las 11:00 del día 15, “2 señoras”, las únicas personas que dice encontraron, les indican que el día anterior había habido “tiros y explosiones” en Jeshua. Continúa su parte, “Al bajar a la quebrada (de Jeshua)... procedí a peinar la zona, encontrando... sangre y montículos de tierra a modo de barricadas y tierra removida, lo que al parecer eran sepulturas probablemente de DDSS”. Si tenemos en cuenta que “Grass” manifiesta haber llegado a Jeshua después de una hora y media de camino, este hallazgo de “Otorongo” debió haber sido alrededor de las 12.30 a 13.00 horas del día 15.

 

                   La Comisión encuentra aquí un vacío importante en la versión militar. Mientras se afirma que en la tarde del día 15 existían sepulturas precarias en Jeshua y una inspección ocular (ver Punto 4.2) de 8 días después lo reitera, la patrulla “Grass” afirma no haber encontrado rastros, el día 15 en la tarde, de los cadáveres que dejó.

 

                   La Comisión sostiene además, que la versión militar de la recogida de los cadáveres por los subversivos es poco sólida, por cuanto se trataba de una zona saturada de patrullas militares, que hacía poco probable la presencia de fuerzas senderistas, por cuanto la FFAA era previsiblemente superior en número, organización, armamentos y medios de transporte a cualquier posible oposición. La Comisión considera que arriesgar a un enfrentamiento a fuerzas superiores y en actitud ofensiva sería una conducta incoherente con la lógica de la subversión.

 

                   4.2.    El acta de la inspección ocular realizada en Jeshua por el Juez de Cangallo el 22 de mayo (8 días después) y que contó con la presencia del Inspector de la II Región Militar, del Teniente “Grass” y del Fiscal Superior Comisionado, da cuenta de la descripción de tal emboscada que en ese acto hace el Teniente “Grass”, según el cual los soldados, encontrándose en el camino peatonal, en la quebrada de Jeshua, a 3 o 4 kms. de Cayara, “fueron atacados desde el frente de ambos lados del camino de herradura descrito” (sic.), sin que les produzcan heridas.

 

                   Sin embargo el mismo documento agrega que “en medio del camino peatonal se encuentra una mancha... al parecer de sangre... y a dos cuadras del lugar antes descrito (inicio del ataque) en pleno camino peatonal se encuentran manchas de sangre al parecer humano” (sic). La Inspección encontró además huellas de cuando menos cinco fosas, las que no pudieron ser abiertas “por lo avanzado... de la tarde” (sic).

 

                   La Comisión sostiene que esta inspección judicial levanta dudas absolutamente razonables sobre la versión militar de los sucesos de Jeshua.

 

                   a.       Las manchas de sangre han sido encontradas en el camino peatonal, es decir en donde, según la versión militar, estaban los soldados (que no sufrieron daños) y no donde estaban los atacantes o donde se encontraron sus cadáveres (ver punto 4.1). Si aceptamos la versión militar, esas manchas de sangre no habrían podido pertenecer ni a los soldados ni a los senderistas. Esto refuerza la versión de los testigos civiles: que las víctimas fueron interceptadas a mitad del camino de regreso y ultimadas.

 

                   b.       Asimismo la ubicación de huellas de cinco fosas contrasta con la versión de la patrulla “Grass” de que no encontraron rastros de los cadáveres al volver a Jeshua.

 

                   4.3.    Alrededor de las 14.00 los pobladores que estaban en Jeshua resolvieron regresar al pueblo, emprendiendo el camino en grupo. Al llegar al paraje denominado Jecchuapampa, fueron detenidos por los soldados (muchos de los cuales iban a caballo). Los ordenaron separarse en tres grupos (hombres, mujeres y niños). Poniendo a los primeros boca abajo y a los restantes sentados, apartados de este grupo. Arrancaron pencas de tunas y se las aplastaron en las espaldas con las suelas de las botas, a la par que los interrogaban acerca de la emboscada de la noche anterior y acerca de dónde tenían los “20 FAL”. Después ordenaron a las mujeres y los niños que se retiren, disparando al aire para que corran.

 

                   En presencia aún de las mujeres y los niños empezaron a matar a los varones, utilizando para el efecto los instrumentos de labranza que traían los campesinos (testimonio de Marco Antonio Taquiri Infante, Ciro Hayo Huayanay, Fernandina Palomino Quispe, Delia Ipurre Nora y Valeriana Ipurre Marcatoma de Apari). Entre éstos se encontraba Dionicio Suárez Palomino.

 

                   Según la versión civil, se trataba de 21 campesinos, de los cuales uno sobrevivió, Magdaleno Gutiérrez Huamán, quien se refugió en casa de la señora Magdalena Marcatoma vda. de Ipurre. Al ser intervenida la casa al día siguiente, los soldados dan muerte a ambos y sus cadáveres son enterrados en las inmediaciones de la campiña de Jeshua (SS Diez Canseco a Senado 20.5.88)*

 

                   La Comisión sostiene que en las acciones de Jeshua habrían participado más patrullas, al igual que en Cayara, cuando menos la patrulla “Huayacán”, la única que se habría movilizado a caballo por la zona.

 

                   5.       SUCESOS DE MAYUPAMPA

 

                   5.1.    La patrulla “Grass” afirma que después de estar en Jeshua se dirigió al pueblo de Mayupampa a donde llegó a las 4.00 horas del día 15 e ingresó al amanecer, encontrando algunas viviendas incendiadas “posiblemente horas antes”.

 

                   Asimismo la patrulla “Huayacán” afirma que llegó a Mayupampa a las 6.30 del día 15. Las patrullas no afirman haber actuado de consuno, sin embargo cotejando ambos partes se tiene que ambas coinciden cronológicamente en Mayupampa.

 

                   “Huayacán” afirma haber llegado a la comunidad de Huamanmarca, que estaba abandonada y haber encontrado dos frazadas militares y 500 cartuchos de dinamita. Sostiene a su vez que el día 15, en el retorno a Mayupampa y al cruzar el río Pampas, fue atacada por 20 o 25 subversivos que, repelidos, huyeron sufriendo heridos y dos muertos, a estos últimos no se los buscó. Los soldados sólo habrían sufrido la muerte de una cabalgadura y la pérdida de un fusil FAL.

 

                   Posteriormente “Huayacán” afirma haber sido enviada el 28 de mayo a Cayara a resguardar el pueblo, permaneciendo hasta el 19 de mayo en que es reemplazada por la patrulla “Naranjo” (Parte Patrulla Huayacán).



*               El General Salinas informó a la Comisión (el 6.5.88 en Los Cabitos, que “la patrulla... encontró cuatro muertos en el flanco derecho del ataque, dos más ene l lado izquierdo”.

*           En los anexos de este informe de la minoría de la Comisión del Senado se puede ver la relación de los campesinos muertos en Jeshua de acuerdo a los testimonios recogidos.

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